entra en la casa que tiene,
mas arriba de los pinos,
el consul de los ingleses.
Asustados por los gritos
tres carabineros vienen,
sus negras capas ceсidas
y los gorros en las sienes.
El inglйs da a la gitana
un vaso de tibia leche,
y una copa de ginebra
que Preciosa no se bebe.
Y mientras cuenta, llorando,
su aventura a aquella gente,
en las tejas de pizarra
el viento, furioso, muerde.